In 1 Samuel, God advises the prophet Samuel not to observe as men see but as God sees. He tells him to "look to the heart." This is the movement of this Sunday's Gospel reading. "Beware the scribes," Jesus advises. He points out their public greetings and "seats of honor," which stands in sharp contrast to their private greed. For the Jewish people of Jesus' day, honor resides at the top. Power and prestige created a high profile back then as it still does today. After his warning, Jesus turns his disciples' attention elsewhere: a poor widow. "She, from her poverty, has contributed all she had." While the scribes donated large sums to the temple, they did so "from their surplus wealth." This woman -- in her faith and devotion -- offers "her whole livelihood."
Jesus invited his disciples to see with God's eyes, to recognize a holy life in people the world overlooks. Here -- in the poor, the vulnerable, the marginalized -- God waits hidden.
Today's Gospel begs a few questions. What do we see? Whom do we value? Are we impressed by the pomp and circumstance of modern day Pharisees? Do we ignore their self-righteousness because it looks impressive, even seems somewhat helpful? The point isn't to judge the scribes, of course. God can see their hearts as well, and those assessments are firmly his responsibility. The point is to turn our eyes from the typically honored to the rarely respected. Are we disinterested in the poverty of the modern day widows? Do we ignore their faith because we forget to look for it? This Sunday, consider the widows in your own life. Who can you see with God's eyes?
El punto de la enseñanza de hoy es muy adecuado para la sociedad moderna. En los tiempos antiguos, como ahora, la lucha de muchas personas estribaba en cómo prescindir del materialismo, de lo super- fluo. Desear poco y ocupar poco es lucha y reto. El padre Pedro Arrupe, sacerdote Jesuita, expresaba lo innecesario de la siguiente forma: " Lo superfluo se torna conveniente, lo conveniente necesario, y lo necesario imprescindible."
Jesús, enseña a la gente a estar alerta de no ser hipócritas como los maestros de la Ley. Decía: "Cuídense de esos maestros de la Ley a quienes les gusta pasear con amplias vestiduras, ser saludados en las plazas y ocupar asientos reservados en las sinagogas y los banquetes" (Marcos 12:39-40). El problema, no estaba en el vestir bien y ser notables en la sociedad. Sino, en el maltrato que daban a las viudas. Eso era lo que Jesús condenaba severamente. Por lo tanto Él les explica lo que había visto en el Templo, sobre la ofrenda de la viuda. "Yo les aseguro que esta viuda pobre ha dado más que todos los otros. Pues todos han echado de lo que les sobraba, mientras ella ha dado desde su pobreza; no tenía más, y dio todos sus recursos" (Marcos 12:43-44).
¿Cómo son las ofrendas que damos, de lo que nos sobra o de lo que nos duele dar? Recordemos que ahora tenemos el papel de discípulos misioneros de Jesucristo y se espera que la compasión y la misericordia brote del corazón que ama al Señor.